En el Ojo del Inca, a 30 minutos de Potosí, conocimos a Lisandro, Ernesto y Matías. Dos cordobeces y un neuquino. Lindos. Con ellos pasamos unos días en las montañas, en esa laguna de agua caliente, y después todos nos dirigimos a La Paz, donde unos días nos alojamos en el mismo hostel. Música con ellos; literatura, y conversaciones vanales. Después nos mudamos con Diana a El Alto. Frío en el Alto. Pero eso es otra historia. Cuenta la leyenda que, enfermo el rey de los Incas, lo llevaron a esta laguna, lo sumergieron y las aguas termales/volcánica lo sanaron. Lindos días allí. Tranquilidad y aire de las montañas...
Otro día me cuentan de esa energía que dicen que hay en el Machu Pichu. Nosotros por ahora sentimos esta y nos relajamos...
