Llegamos a la capital de la mano de Edgardo, el papá de Diana y con quien compartimos unos días en Armenia y otros en Bogotá, muy lindos y tranquilos. Salimos a la Babilonia colombiana a conocer, a oler ese olor a podrido de las grandes ciudades, a respirar el humo de 50.000 colectivos y 600 millones de autos. Para más, el alcalde (sería el intendente en Argentina) licitó la construcción de un mega transporte "Transmilenio" que, cual araña, tejerá sus redes por toda Bogotá. Lo loco es que ya rompieron la ciudad entera, y la obra recién comenzó... así que ese caos sucio y corrupto es puramente bogotano, made in Suramérica
Así que un poco de esto, otro poco de lo otro... el frío, la lluvia y el aburguesamiento nos llevó a quedarnos más tiempo dentro que fuera, en el ruido.
A continuación, las escasas imágenes...
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