Hacemos poco dedo, y fue un gran contraste el hecho de hacer 4 transbordos en camiones para llegar gratis a Armenia. Donde nos aburguesamos un poco. Allí nos encontramos con papá; conocimos a Eugenia, y su familia. Nos invitaron a pasar unos días en una casa de campo. Disfrutamos unos días de juguitos naturales de frutas de la finca, probé la papaya-granadilla (riquísima); tintico calentico a toda hora, anduvimos a caballo, jugamos a las cartas, soportamos la incómoda sobreatención de los cuidadores de la casa y descubrí que los pajaritos de colores intensos no solo existen en las enciclopedias.
En Mompiche - Ecuador veíamos a veces se acercaba uno con el cuerpo amarillo, las alas y antifaces negros; pero su corta visita nunca me permitía tomarle una foto, teniendo en cuenta que debía encontrarlo a Nico, y luego a su riñonera. En la finca de Armenia siempre se los escuchaba y veía, claro, en su “casita” siempre con plátanos, papaya o bananas. Un verdadero lujo, teniendo en cuenta que de fondo se veian montañas verdesìsimas, al estilo Misionero.
Pasamos año nuevo, cociné pollo al horno con papas pero sin duda lo mejor fue el pan dulce del desayuno. Festejamos el 1er año de viaje de Nico en Bogotá comiendo alfajores argentino. Y que cumplámos muchos más…………..!
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